La vicepresidenta de Uruguay, Beatriz Argimón, quedó envuelta en un escándalo después de que se difundiera una conversación telefónica en la que sugiere que el Gobierno que encabeza el presidente Luis Lacalle Pou realiza grabaciones ilegales.
"Todo se sabe, todo queda grabado", se escucha en la charla que la vicepresidenta sostuvo con Fernando Cristino, un relacionista público que aseguró que se sintió amenazado por las palabras de la funcionaria, y que ya incluso interpuso una denuncia.
A las sospechas de espionaje se sumó, además, la duda sobre la relación entre Argimón y Cristino, ya que en la llamada,
en la que se hablan con familiaridad y dejan en claro que son amigos desde hace varios años, el productor le cuenta a la vicepresidenta que la intendencia de Maldonado le debe un pago de 5.000 dólares por un evento, a lo que ella responde con una promesa de interceder para que le paguen.
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